La Constitución Política de Colombia establece a partir del artículo 374, los diferentes mecanismos mediante los cuales dicha norma fundamental puede ser modificada.Una de esas posibilidades es el denominado referendo que se consagra en el artículo 378 de la Siguiente manera:
"Por iniciativa del Gobierno o de los ciudadanos en las condiciones del artículo 155, el Congreso, mediante ley que requiere la aprobación de la mayoría de ambas cámaras, podrá someter a referendo un proyecto de reforma constitucional que el mismo Congreso incorpore a la ley. El referendo será presentado de manera que los electores puedan escoger libremente en el temario o articulado qué votan positivamente y qué votan negativamente.
La aprobación de reformas a la Constitución por vía de referendo requiere el voto afirmativo de más de la mitad de los sufragantes, y que el número de éstos exceda de la cuarta parte del total de ciudadanos que integran el censo electoral."
A su vez, el artículo 155 prevé la posibilidad de que un número de ciudadanos igual o superior al cinco por ciento del censo electoral, presente proyectos de reforma constitucional. Esta fase de la iniciativa ya se surtió a través de la recolección de firmas que tan polémica y cuestionada ha resultado y que aun es objeto de investigaciones por irregularidades en la misma.
Se encuentra próxima a cumplir también la fase de control de constitucionalidad que debe adelantarse ante La Corte Constitucional; pero ante el sospechoso uribismo de este alto tribunal, todo hace pronosticar que de allí saldrá airosa la intención del gobierno en menos tiempo del presupuestado.
De conformidad con lo previsto por la norma constitucional y según el censo electoral actual, se estima que al momento de la votación se requiere como mínimo un total de 7.200.000 sufragantes y que más de la mitad vote afirmativamente la propuesta. Obviamente resulta un umbral bien alto y ya los aduladores y beneficiarios del gobierno plantean "soluciones" para rebajarlo. En esto no nos engañemos, están dispuestos a todo para perpetuar la dictadura.
Frente a este panorama, la mejor forma de rechazar esta farsa es con la abstención. De esta manera se reitera el llamado que vienen haciendo los sectores democratas del país:
POR LA DEFENSA DE LA DEMOCRACIA, NO VOTAREMOS EL REFERENDO REELECCIONISTA.