CRIMEN ATROZ

La semana que termina nos deja preplejos frente al cruel asesinato de la Doctora Julieth Patricia Mejía, profesional del derecho cuya vida fue cegada en la ciudad de Medellín, al parecer por un resultado desfavorable en alguno de los trámites a su cargo. Es absolutamente deprimente la forma en que se acaba con las ilusiones y sueños de una joven mujer a quien ni siquiera se le respeta su estado de gravidez. Gracias a la intervención médica resultó posible salvar la vida de su bebé; un niño que no conoció a su madre y que crecerá en un país que jamás logrará explicarle la razón de su horfandad. Lástima por la indolencia de esta sociedad habituada y resignada a la cotidianidad del sicariato. Lástima por nuestro gremio de abogados litigantes que observamos como este hecho repudiable pasa a ser sólo una noticia más en la historia de violencia e intolerancia del país.